En Maple Bear, el juego es parte de nuestra base pedagógica y recomendamos que se convierta en una parte esencial de cada día.
Con las familias en casa y aisladas de las actividades normales, se requieren nuevas rutinas el bienestar físico y emocional.
El juego puede convertirse en una parte íntima e integral de la rutina en esta «nueva normalidad» que puede beneficiar a todos los miembros de la familia.
Los niños aprenden jugando
El juego facilita el crecimiento del cerebro y construye el cableado necesario para el desarrollo de las siguientes areas:
- Cognitivo
- Comunicación y lenguaje
- Emocional
- físico
- Social
En Maple Bear, nuestra educación de alta calidad sigue un modelo de aprendizaje centrado en el estudiante. Arpi Babaian, Director Académico Co-Asociado de Maple Bear Brasil, dice: «Los maestros de Maple Bear utilizan constantemente elementos lúdicos porque esto fomenta el aprendizaje. El juego reduce el estrés y la presión sobre los niños».
El aprendizaje basado en el juego es el centro de nuestra metodología de enseñanza. Pero ciertamente no se limita a ser enseñado sólo en la escuela. Aprender a través del juego se puede apoyar en el entorno doméstico.
JUGAR CON LOS ESTUDIANTES de edades tempranas
Para los estudiantes en edad preescolar se necesita un padre o miembro de la familia motivado y materiales que se pueden encontrar fácilmente en casa que se consideran.
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Muchos artículos en su casa pueden inspirar a jugar a esta edad:
- Contenedores y tapas de almacenamiento de alimentos plásticos
- Esponjas
- Cajas de cartón o plástico
- Ollas y sartenes
- Envoltura de burbujas
- Rollos de aseo, rollos de toalla de papel
- Tarjetas y revistas antiguas
- Un tazón grande de agua jabonosa
- Rollo de cinta o cinta adhesiva
- Pequeños cuadernos y lápices
- Pedazos de tela, sábanas viejas
A menudo, a esta edad, los niños pueden jugar de forma independiente durante períodos cortos de tiempo. Es posible que los padres solo necesiten iniciar el juego y estar cerca mientras juego. Es posible ubicar el área de juego cerca de una estación de trabajo. Para otras actividades, puede ser necesario un mayor compromiso de los padres. Leer en voz alta, o turnarse con un juego son todas maneras de convertirse en un compañero de juego agradable para su hijo.
LOS NIÑOS NUNCA dejan de jugar
Los niños nunca dejan el juego, ni deberían hacerlo. Los padres con niños lo suficientemente mayores como para entender la crisis de la pandemia sabrán de las expectativas que hay en cuanto a la educación en casa. Sin embargo, es importante que los niños tengan suficiente tiempo para jugar, lo que promoverá el aprendizaje cognitivo, del lenguaje, físico y social-emocional.
Estas son algunas ideas para jugar con sus hijos:
- Deje que su hijo le enseñe un juego y sea el jefe. Tome un papel en el juego imaginativo (por ejemplo, ser un paciente si su hijo está jugando a ser un médico).
- Vea y aprenda mientras su hijo le enseña un videojuego.
- Enseñar una nueva habilidad como patear una pelota. Demuestre y luego dé un paso atrás para dejar que su hijo practique.
- deja espacio para la práctica de la danza, las artes marciales, el yoga o el zumba.
- Salga tan a menudo como sea posible respetando las restricciones de seguridad necesarias.
- Baja al nivel de tu hijo. Esto puede ser en el suelo o en una mesa.
- La repetición de un juego o actividad favorita está bien. Todos aprendemos a través de la repetición.
- No te opongas a un juego enérgico y fuerte. Los niños necesitan gastar energía acumulada, como lo hacen en el recreo escolar.
Recuerda que el juego le ayuda a aprender y reduce el estrés al aumentar la alegría, la risa y los sentimientos de calma.
PASAR TIEMPO JUNTOS ES UNA OPORTUNIDAD PARA JUGAR Y APRENDER JUNTOS
La realidad de la situación COVID-19 es verdaderamente devastadora y desalentadora. Sin embargo, si hay un lado positivo a esta «nueva normalidad», es que las familias pasan más tiempo juntos. Para asegurar que esta realidad resulte en vínculos padre-hijo más fuertes y no mayor estrés, recuerde que el juego es bueno para todos. No sólo apoya el aprendizaje, suma alegría a la vida, reduce el estrés, reúne a las familias y crea recuerdos duraderos.
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