Lic. Natalia Tieso, Magister en Educación, Directora de Maple Bear LATAM
En el contexto educativo actual de América Latina, reconocemos que es necesario educar a los alumnos en un conjunto de áreas disciplinarias específicas frecuentemente identificadas por los Ministerios de Educación de cada país, pero creemos que no es suficiente. Sostenemos que la necesidad de desarrollar habilidades y explorar temas y conceptos que vayan más allá de las disciplinas tradicionales, es igualmente importante.
Nuestro curriculum permite el desarrollo de conceptos que están vinculados con las áreas disciplinarias específicas y las trascienden, y para eso comulgamos con el aprendizaje basado en proyectos a través de un enfoque transdiciplinario. Pero, ¿qué significa esto en la educación de nuestros alumnos?
Al pensar en la articulación de conceptos interdisciplinarios entonces es necesario reconocer el papel preponderante que tiene la planificación colaborativa entre docentes de áreas afines. Enseñar conceptos como el entendimiento intercultural y la empatía son objetivos de la enseñanza de una segunda lengua como el inglés. Sin embargo, estos conceptos también son abordados en las horas curriculares de Historia o Estudios Sociales y de Literatura o de Prácticas del Lenguaje en español, por ejemplo. Comprender cómo los distintos conceptos están interrelacionados le permite al alumno comprender la complejidad del conocimiento y le permite tomar múltiples perspectivas en el proceso de su propio aprendizaje. Otro ejemplo podría ser el concepto de movimiento en Educación Física, el cual puede ser abordado desde el área de Música en cuanto atiende a la composición de piezas musicales y podría ser contrastado en Plástica si analizamos conceptos como arte en movimiento, estética y acción. Entonces el desafío para los educadores reside en descubrir las relaciones que podemos tejer entre conceptos para que así nuestros alumnos puedan desarrollar otras y las profundicen en nuestras aulas.
Sin embargo, un enfoque transdisciplinario está basado en aquellos conceptos que atraviesan el limite tradicional de las asignaturas. Si deseamos que nuestros alumnos desarrollen su vida cívica a través de la configuración de la identidad nacional y el respeto hacia los símbolos patrios, este concepto no puede estar limitado solo a las clases de Historia o Formación Ética-Ciudadana. En el recreo, en los actos escolares, en las celebraciones familiares, los educadores somo modelos de esas actitudes en todos los momentos. Por esta razón, resulta tan importante jerarquizar ciertos ejes transversales a lo largo del año escolar. Por ejemplo, luego de realizar un diagnóstico de la comunidad escolar y teniendo en cuenta el contexto global, es muy probable que el equipo directivo decida que, durante este ciclo lectivo, se enfatizarán los conceptos educación por la paz, la comunicación de opiniones respetuosa ante conflictos, la toma de turnos en las discusiones y las habilidades básicas de negociación. Estas habilidades no serán exclusivas de una sola área, sino que se pondrán en acción en múltiples actividades pedagógicas que desarrollen estas actitudes en todas las áreas disciplinarias porque entendemos que este aprendizaje requiere una alineación de los educadores de todas las áreas en el colegio. Para implementar un enfoque transdisciplinario es muy eficaz proponer proyectos grupales, que podrán tomar una unidad durante 1 mes, con una profundización desde las distintas perspectivas de las áreas seleccionadas.
La tarea de desarrollar un proyecto educativo basado en la transdisciplinariedad constituye un proceso colaborativo continuo en el que participa todo el personal del colegio. Desde esta manera, podemos responder a las necesidades individuales de cada alumno y logramos flexibilizar también el ritmo de entrega de las tareas porque acompañamos a cada alumno en el desarrollo de sus talentos según sus fortalezas. Cuando le brindamos a los alumnos un enfoque transdisciplinario logramos que el alumno comience a desarrollar experiencias positivas aun con las áreas que “no le gustan o que le cuestan más”.
Desde Maple Bear sostenemos la premisa que los planes de estudios deberían hacer hincapié en un aprendizaje más ecológico, multicultural y transdiciplinario que ayude a los alumnos a acceder a conocimientos y producirlos, y que desarrolle, al mismo tiempo, su capacidad para criticarlos o aplicarlos.
Las instituciones educativas deben ser lugares seguros, acogedores y que abracen los valores de la inclusión, la equidad y el bienestar socio-emocional de los alumnos y de todos los miembros de la comunidad educativa. Como educadores, necesitamos re-imaginar nuestras prácticas áulicas para la transformación del mundo hacia futuros más equitativos y sostenibles en América Latina.
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